CREAMY ELIXIR — Unisex
Familia Olfativa: Ámbar gourmand cremoso (solar)
Carácter: dulce fresco, frutal, cremoso, acariciante, con una dulzura verde y jugosa que aporta brillo natural y un equilibrio entre lo gourmand y lo fresco.
Pirámide olfativa
• Salida: mango maduro jugoso · lima brillante · flor de azahar · manzanilla
• Corazón: acorde de crema/chantilly (aireada) · coco cremoso (esencia limpia) · higo dulce · ylang-ylang · cuero aterciopelado (suave)
• Fondo: vainilla suave · iris mantecoso · benjuí ligero · sándalo cremoso · almizcles suaves
Acordes clave / a qué huele
Postre de crema con trozos de mango fresco y esencia de coco; láctico-sedoso pero liviano, frutal luminoso, piel cálida, con un matiz verde que le da vitalidad y naturalidad.
No se aplica.
Se sirve.
Desde el primer instante, un mango maduro y jugoso cae sobre la piel con la chispa fresca de la lima y un destello de flor de azahar. Esa salida frutal —clara, luminosa— se rinde enseguida a una crema chantilly aireada que no pesa: dulce fresco, limpio, envolvente.
El frescor verde de la flor de azahar y la manzanilla aporta un tono jugoso y natural que ilumina la dulzura desde el inicio.
En el corazón, la textura toma forma de postre de crema con trozos de mango: real, apetitoso, sin empalagar. La esencia de coco aporta una cremosidad suave —nítida, elegante— mientras el higo introduce una dulzura verde y lactónica, casi de savia tierna, que equilibra el dulzor y aporta un respiro vegetal que recorre toda la composición.
Esa faceta verde-frutal atraviesa el perfume como un hilo luminoso, manteniendo la frescura viva dentro de su cuerpo cremoso.
Al secar, la estela baja a piel tibia: vainilla suave, iris y benjuí ligero se funden con sándalo cremoso y almizcles para un final sedoso, cercano, adictivo pero liviano.
Incluso en el fondo, permanece ese eco verde y cremoso —como la piel de una fruta recién cortada— que mantiene el perfume vivo y jugoso hasta el final.
Es frutal fresco, cremoso y limpio, con una dulzura verde natural que lo hace irresistible y equilibrado: un guiño hedonista con modales impecables.
Así huele.
Así se siente.
Una ola cremosa y fresca que acaricia y permanece.
No grita: domina.
No empalaga: seduce.
Y cuando se va, deja la promesa de volver.

